El moái de obsidiana by Artemisa Ask

autor:Artemisa Ask
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Aventuras, Novela
publicado: 2015-11-08T23:00:00+00:00

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Anna caminó en dirección hacia su hotel mientras meditaba sobre su extraño accidente. Ella había buceado en diferentes partes del mundo y aunque no se consideraba una experta, si tenía su carnet en orden y se preocupaba por cumplir con los procedimientos de seguridad.

Muy temprano esa mañana, se había encontrado con Valentina en el Centro de Buceo, porque tenían un turno acordado y también habían coincidido con el par de chilenos de los tours, que estaban agendados a la misma hora. Todos partieron en el bote salvo Valentina, quien se arrepintió en el último minuto.

Finalmente, solamente bucearon ella y Pablo, ya que la joven chilena estaba intentando quedar embarazada y le habían explicado que en esas condiciones no la podían dejar bajar, ya que si estaba esperando un bebé podría producirle algún daño. Verónica había quedado algo decepcionada, pero no se complicó mucho y se dedicó a nadar cerca del bote usando el traje de agua que le permitía flotar y las aletas para moverse rápido. Por sus comentarios posteriores, se había notado que había pasado un rato agradable mientras ella y Pablo estaban bajo el agua.

Anna estaba segura de haber revisado su equipo antes de abordar el bote, no entendía por qué había fallado. Durante la inmersión, el instructor la asió empujándola muy rápido hacia abajo impidiéndole ecualizar adecuadamente, por lo que hizo señas poniendo el pulgar hacia arriba, pero el hombre le contesto haciendo un círculo entre el dedo pulgar y el índice, que es la señal de que todo estaba bien. Anna había insistido en hacer la señal de que necesitaba subir, pero el hombre insistía en contestar okey, hasta que a ella se le ocurrió indicar que había problemas haciendo el gesto de pasar la mano frente al cuello y señalando con el índice su oído. Entonces, recién en ese momento el instructor atinó y la había subido a toda velocidad, sin dejarle tiempo para compensar con la respiración. En la superficie explicó lo que había ocurrido y el hombre se enojó, no hablaba bien inglés y ella no hablaba español, por lo que no estaba segura de cuál había sido el motivo de la molestia. Otro instructor entró al agua después de intercambiar unas palabras con el primero y le explicó que él seguiría con ella. Después de un rato se sintió mejor, entonces aceptó bajar y esta vez la ayudaron yendo más lento, sin embargo al poco rato empezó a temblar de frío e hizo el gesto de que quería subir. Al igual que el hombre anterior este nuevo instructor no atinaba a hacerle caso, pero después de la misma ceremonia que había hecho con el otro, logró que entendiera que había un problema y la ayudó a subir lentamente. En la superficie explicó que estaba perdiendo calor y que prefería sumergirse a poca profundidad. El instructor nuevamente la bajó, pero esta vez solamente unos pocos metros y de pronto Anna no consiguió aire al respirar, se dio cuenta que estaba en problemas y

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